lunes, 17 de abril de 2017

Comenzó un ciclo de charlas de la Fundación Espartanos en escuelas de San Isidro

En San Isidro comenzó un ciclo de charlas de la Fundación Espartanos en escuelas, en el que sus integrantes cuentan a los alumnos cómo a través de la práctica del rugby lograron cambiar la vida de los reclusos. El puntapié inicial fue en el colegio Leonardo Da Vinci de Boulogne, donde 120 chicos participaron de la conferencia.
La propuesta es organizada por la red de jóvenes Tomá la Voz de la Secretaría de Integración Comunitaria del Municipio de San Isidro.
La Fundación Espartanos es un proyecto de integración, resocialización y acompañamiento a través del juego y los valores del rugby que comenzó en 2009 con los internos de la Unidad Penitenciaria N° 48 de San Martín. Por él han pasado ya más de 450 reclusos, que en su mayoría han logrado enderezar sus caminos, siendo el nivel de reincidencias de éstos casi nulo. 
“Estos testimonios nos ayudan a ponernos en el lugar del otro y a tomar conciencia sobre la diversidad de nuestra comunidad. También nos enseñan que trabajando en la integración se pueden superar barreras erigidas por el desconocimiento y el miedo”, sostuvo el secretario de Integración Comunitaria, Arturo Flier.
Durante el encuentro,  se relató cómo los reclusos lograron cambiar sus rumbos a través del rugby, la espiritualidad, la educación y el trabajo.  Además, se proyectó el documental “Los Espartanos” de Nicolás Malagoli.
Uno de los integrantes de la Fundación, Toto D’ Agosto contó que decidió acercarse a Espartanos para conocer a las personas que habían cambiado su vida luego de un robo violento sufrido en su hogar. Y señaló: “Desde la presencia para escuchar, conocer, compartir mates y jugar al rugby fuimos forjando una amistad, ellos nos conocieron y nosotros también; juntos empezamos a cambiar”.
“La Fundación me ayudó a reinsertarme en la sociedad, mejorar mi situación familiar y el vínculo con mis hijos. Además colaboró para que pueda conseguir un empleo”, manifestó Emiliano, un ex convicto, que estuvo cinco años detenido.
Visiblemente emocionada, la alumna del último año del colegio Da Vinci, Macarena, expresó: “Fue muy movilizador ver cómo desde el acercamiento entre las personas se pueden transformar situaciones negativas y violentas en una fuerza de vida”.

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