lunes, 10 de junio de 2013

El equipo de odontología preventiva visitó escuelas de San Isidro

En el salón central del Jardín de Infantes Nº 4 de Boulogne, con sus grandes ventanales y las paredes decoradas con dibujos hechos por los chicos, se montó un consultorio odontológico pediátrico. Allí, entre peluches y juguetes, alumnos de la carrera de odontología de la Universidad de Buenos Aires atendían a niños recostados sobre unas mesas de colores.
La visita se enmarca en el programa comunitario y preventivo articulado entre el Municipio de San Isidro y la Facultad de Odontología de la UBA. Este convenio tiene el objetivo de recorrer establecimientos escolares del distrito para, de manera gratuita, controlar la salud bucal de los chicos y explicarles cómo cuidar la dentadura.
Se trata de una modalidad de trabajo en la que el consultorio se traslada a la escuela; el programa de tratamientos preventivos comunitarios también apunta a que los profesionales del área de la salud de San Isidro se actualicen en esta técnica.
Al respecto, el director de Programas de Salud de San Isidro, Daniel Fiszman, aseguró: “Para el municipio es una práctica novedosa porque abarca una población muy numerosa, con alta calidad de atención”.
Sobre este tipo de programas, la directora del Servicio de Salud Pública, Catalina Marzullo, afirmó que “la prevención es la base de la odontopediatría. Durante el año pasado se atendieron a más de 1.600” niños.
Los padres también participan en este proyecto sobre el cuidado de la salud dental. En una reunión previa, los profesionales les solicitaron su autorización, explicaron los tratamientos y transmitieron los puntos más importantes para el cuidado de la higiene bucal.
Durante la revisión, los chicos se mostraron relajados y predispuestos, sin llorar ni quejarse. La profesora de la cátedra de Odontología Preventiva y Comunitaria de la UBA, Paula Guz, comentó que por lo general los nenes no tienen miedo y se sienten cómodos porque están en un ambiente familiar. Además, como los estudiantes no tienen que cumplir horarios rigurosos, pueden atenderlos con más tranquilidad y paciencia.
La profesora también aclaró que, con estas prácticas, sus alumnos aprenden el modelo de asistencia comunitaria.  “En la facultad se los prepara para que trabajen en un consultorio pero acá se les enseña una estrategia diferente: la atención primaria en la que el profesional se acerca al lugar donde el paciente vive, trabaja o estudia”, comentó.
En cuanto a los resultados, Guz concluyó: “Por lo general, son muy positivos. Desde la prevención podemos reconvertir casi todas las patologías, sobre todo en los más chicos”.
Sobre del convenio, Fiszman aclaró que es la primera vez que se implementa en San Isidro, que continuará hasta fin de año y que la idea es seguir desarrollándolo en el futuro.

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