lunes, 29 de julio de 2013

Juventud Prolongada ofrece clases de guitarras para nuestros mayores

Mejorar la memoria auditiva y la capacidad de oír y hablar, regular los estados emocionales, relajarse y estar de buen ánimo y relantizar el proceso de envejecimiento de las neuronas, son sólo algunos de los beneficios que el contacto con la música produce en las personas mayores. Por eso, en el marco del programa Juventud Prolongada del Municipio de San Isidro, se ofrece a los abuelos, los miércoles y viernes a las 10, clases de guitarra en Puerto Libre (Elcano 2340, Martínez), entre muchísimas otras actividades.
Jorge Benedetto, de 72 años, vecino de Beccar, hace 10 que asiste regularmente al taller de música. Siempre le gustó ese instrumento y de chico su papá insistía para que tome clases, pero él se iba a jugar al fútbol.  “Ahora tengo la oportunidad de saldar esta cuenta pendiente. Nos ayuda mucho a distraernos, despejarnos y olvidarnos de los problemas que podamos tener. Es muy terapéutico. Nos sirve para pasar las horas que nos restan de la vida de la mejor manera”, dice.
El profesor Pablo Rodríguez Perea cuenta que tiene 12 alumnos y que en las clases les enseña lo básico de los distintos ritmos: tango, folclore, bolero, zamba, etc. “Algunos están tocando hace mucho tiempo o vienen sabiendo algo, pero otros empiezan sin haber tocado una guitarra nunca y aprenden desde cero”, explica.
Al principio, los inexpertos se quedan como observadores y con los días se van incorporando al grupo a medida que aprenden a tocar.
“Se enganchan más con canciones conocidas. También hacemos presentaciones dentro de Puerto Libre a los otros jubilados y eso les divierte mucho”, comenta el maestro.
Rodríguez Perea subraya que es grato darles clases a personas mayores. “Estoy muy contento. Uno piensa que ya no tienen ganas de hacer cosas, pero acá me demostraron todo lo contrario. Le ponen una garra y una onda impresionante, practican en su casa y vienen aunque haga frío o llueva. Formamos un lindo grupo”, concluye.
Luego de tocar una zamba con sus compañeros, Alicia Irene Prado, de Olivos, cuenta que siempre estuvo en contacto con la música porque es profesora de piano. Destaca que el grupo es para integrarse y hacer nuevas amistades. “Las cosas funcionan por la armonía que hay entre todos, nos ayudamos unos a otros y el profesor es fantástico. Se aprende mucho, dimos pasos agigantados”, agrega.
“Me gusta mucho guitarra, es un pasatiempo muy lindo. Esto es relajamiento, la música abarca todo”, afirma Carmen Escordo, de Villa Adelina, quien empezó hace cinco años la actividad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario